Al final, solo algunas
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Nació, creció y lloró muchas, muchas veces. Algunas
con motivo. Jugó, corrió, se peló las rodillas y forjó amistades. Algunas incluso
eran de verdad. Hizo tonterías, cometió
imprudencias y se metió en líos. De algunos pudo librarse. Fracasó, y fracasó,
y volvió fracasar, pero alguna victoria tuvo después de intentarlo demasiadas
veces. Amó y a veces hasta le amaron. A pesar de todo, le quedaban tantas cosas
por hacer…
–Otra vez igual, odio las historias que terminan a medias
–dijo la Muerte mientras cerraba el libro y lo guardaba en su estantería entre
muchos más, casi idénticos. Nadie lo volvió a leer.
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