Gente famosa que se muere

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Lo del Brexit, la guerra en Siria, el DAESH, accidentes de avión, y en Estados Unidos ¡casi gana Hillary Clinton! 2016 ha sido, hablando mal y pronto, una puta mierda. Las desgracias no sólo han golpeado en el panorama geopolítico, sino que también se ha llevado inmisericordemente a gente famosa de esa que es más importante que ustedes y yo. Es lo bonito del asunto, que los ricos también se mueren. ¿Es la muerte la comunista más grande de todos los tiempos? No me distraigan con preguntas estúpidas, por favor. La cosa es que el tema ha sido especialmente sangrante porque han ido cayendo rockstars y figuras legendarias de la música en general, como pueden ser Leonard Cohen, David Bowie, Rita Barberá, Prince, y un largo etcétera. 2016, el año del amoche. Nos las dábamos de muy felices porque está ya asomando el hocico el 2017 pero como se dice por aquí, hasta el rabo todo es toro. Menuda expresión de mierda, pero ahí está. Hace nada nos dio un susto tremendo Carrie Fisher y ayer sin ton ni son, pum, George Michael. Ya hay que tener mala suerte para morirse en Navidad, una macabra tradición iniciada por todos los bebés que mandó matar Herodes hace dos mil y pico años. Estaremos atentos los próximos días al estado de salud de Elton John.

Si ya el hecho de morirse en Navidad (o morirse a secas) es deprimente, el pobre George no tuvo al principio una despedida digna. Cada vez que en Twitter sale de trending topic cualquier famoso, suenan todas las alarmas. Los fans, aterrados, entran a ver qué ha pasado y a veces se llevan la jarra de agua fría. No fue el caso: se hizo TT David Bowie. Es decir, te mueres, y la gente va y habla más de un muerto previo más importante que tú. Una puta lección de humildad desde ultratumba. Desconozco cómo se llevaban los dos músicos en vida. Iba, de hecho, a pivotar toda esta entrada en la discografía de estos dos titanes y su impacto en la escena pop-rock y la sociedad, pero he decidido cambiarlo por meterme con la expresión en vida, que me parece otra mierda. Y no me mola, primero,  porque resulta dolorosa excesivamente hablando sobre seres queridos; y segundo, porque en la mayoría de los casos es completamente innecesaria. Casi siempre se usa para hablar de alguien del que es de dominio público que está hecho un colador por culpa de los gusanos. “Al rey Wilfredo IX[1] le encantaba pescar desnudo, en vida”. No, si ya. No creo que ahora que lleva siglos muerto le haya dado por ponerse pantalones o cambiar de hobbie. O sí, eso molaría un poco.
Y con esto, acabo por hoy. Que quede constancia de que esto no tenía mayor pretensión que rellenar el blog que de momento está muy vacío con la primera chorrada que se me ha ocurrido. A veces me pasa eso, que pasa alguna noticia divertida[2] con la que se puede chancear y lo hago yo solo en mi cabeza, pero coño, ya que tengo la oportunidad de darle la tabarra a alguien más pues lo hago. No, en mi cabeza tampoco tengo gracia. Hasta la próxima.


[1] Me he inventado el nombre del monarca finado en cuestión, porque nunca se sabe.
[2] Aclaración: que muera gente no me parece gracioso. Bueno, depende.  En este caso era lo del TT Bowie, aunque me consta que hoy sí que se ha hablado del pobre hombre como tenía que ser. Descanse en paz.

¡Gracias por leerme!

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